3 – EL TEMA DEL DOBLE

En una entrevista publicada el siete de noviembre de 2010, poco después de la salida de Lo que sé de los hombrecillos, Millás afirmó, hablando de esta obra, que «Mi literatura siempre ha estado obsesionada por dualidades: entre realidad y fantasía, entre sueño y vigilia, entre identidad y su ausencia»1. El doble, además, es visto por Millás como un fundamento del pensamiento humano, debido a la educación dual que recibimos.
De hecho, como ya hemos visto en parte hablando del espacio real e imaginario, del espacio interno y exterior, del narrador y del autor, el doble parece ser uno de los ejes fundamentales de Lo que sé de los hombrecillos. Veamos, por lo tanto, como este motivo se desarrolla en diferentes niveles.
En el nivel general de visión del mundo, la dicotomía más explícita parece ser la división entre lo biológico y lo económico, vistos como dos aspectos complementarios del mundo entero. En el nivel de los personajes, hay una contraposición entre la vida del protagonista, que se encierra en casa construyéndo su pequeño mundo en parte fantástico, y la vida de su mujer, que está centrada en su carrera y viaja a menudo al extranjero. Después tenemos el tema de la identidad del protagonista, que por un lado tiene una doble personalidad, o sea la suya y la del hombrecillo, y por otro, como hemos visto en el párrafo precedente, tiene una identidad que es en parte la de Millás y en parte es ficticia.
Éstas son sólo algunas de las dicotomías principales. De todas formas este esquema propuesto es arbitrario, y quedará siempre incompleto e inestable, porque, como afirma Patricia Waugh, «The existence of an unprecedented cultural pluralism has meant that postmodernist writers are not confronted with the same clear-cut oppositions as modernist writers were»2. Esto quiere decir que no podemos esperar oposiciones como las que ponía por ejemplo Miguel de Unamuno, donde se veían claramente los opuestos luchar entre sí, sino encontraremos estas contraposiciones a menudo fundidas y confundidas entre sí, y sobre todo derramadas en contraposiciones menores. Ya el espejismo, del cual hemos hablado antes, es una oposición bastante singular, donde cada polo tiene rasgos de su opuesto. Otro ejemplo que hemos visto de conceptos opuestos confundidos entre sí es el mundo de los hombrecillos y el mundo del narrador. No podemos marcar una línea de demarcación entre los dos mundos porque los hombrecillos aparecen en el mundo del narrador y éste visita el mundo de los hombrecillos. No hay una dialéctica clara entre dentro y fuera3.
Este rechazo de las dialécticas fijas puede tener un significado simbólico, como afirma Bachelard:

Dentro y fuera constituyen una dialéctica de descuartizamiento y la geometría evidente de dicha dialéctica nos ciega en cuanto la aplicamos a terrenos metafóricos. Tiene la claridad afilada de la dialéctica del y del no que lo decide todo. Se hace de ella, sin que nos demos cuenta, una base de imágenes que dominan todos los pensamientos de lo positivo y de lo negativo. Los lógicos trazan círculos que se encabalgan o se excluyen y en seguida todas sus normas se aclaran. El filósofo piensa con lo de dentro y lo de fuera el ser y el no ser4

Sigue Bachelard: «Y así, la simple oposición geométrica se tiñe de agresividad. La oposición formal no puede permanecer tranquila. El mito la trabaja»5.
De hecho, si leemos algunos de los cuentos de Unamuno, que parece inspirarse en Eráclito, vemos como los personajes están en perpetua lucha entre sí, y en cuanto uno de los opuestos muere, el otro muere también. Las tramas de Abel Sánchez, de Dos madres y de todos los cuentos de este autor tienen mucha acción, porque se fundamentan en la lucha. Leyendo a Millás, por el contrario, asistimos a acciones reducidas al mínimo, mientras el autor sigue mezclando los lugares y los personajes, viéndolos desde diferentes perspectivas, hasta quitarles la identidad. Esto se conecta al principio llamado “inseparability”, que encontramos en la ciencias modernas:

People tend to view the universe as a composite of discrete objects. However, according to recent equations and experiments, this is merely an illusion6

Intentaremos ahora concentrarnos en dos parejas, que consideraremos como representativas del sistema dualista matizado de toda la obra de Millás. Veremos además qué solución propone Millás para salir del conflicto entre los opuestos.




1 http://www.diariodenavarra.es/20101107/culturaysociedad/la-literatura-o-es-metafora-realidad-o-es-nada.html?not=2010110701075987&idnot=2010110701075987&dia=20101107&seccion=culturaysociedad&seccion2=culturaysociedad&chnl=40&ph=5
2 Patricia Waugh, Metafiction, cit. p. 10
3 Esto queda aún más claro en otras obras como Tonto, muerto, bastardo e invisible, donde al final del relato el protagonista, español, después de haber ido a Dinamarca, se pregunta si en realidad todo el viaje no haya sido una ilusión, un espejismo debido a las drogas. Otro ejemplo se da en El desorden de tu nombre, donde al final del cuento encontramos el alter-ego del protagonista en su cuarto que escribe todo el cuento, encerrado en un espacio interior mientras fantasea con espacios exteriores.
4 Bachelard Gastón, La poética del espacio, cit., p. 185
5 Ibid, p. 186

6 Manuel J. Caro, John W. Murphy, The world of quantum culture, cit., p. 5